El par
dialéctico formación-acción cívica colectiva solidaria
gesta la conciencia
social imprescindible para la emancipación de los pueblos.
J. Castaño
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Estoy convencido de que el mito de Sísifo no es tan
fatalista si pensamos que la montaña se irá erosionando con el esfuerzo de
generaciones. Pienso en los efectos que produciría el empeño titánico de
contraeducar al pueblo para la democracia. La cultura hegemónica impuesta por
el capitalismo dominante no va a garantizar la formación de una mayoría
ciudadana en el compromiso cívico de luchar por la justicia social y la
igualdad de las gentes (sin olvidar la de género)
en un planeta habitable. Al contrario, el poder lo impide propiciando la
depuración de los elementos rebeldes al sistema injusto con el apoyo
insolidario de la mayoría.
El
FCSM se propuso como objetivos, en primer lugar, impulsar y apoyar la batalla
política; en segundo lugar, y como objetivo prioritario e ineludible,
profundizar la formación necesaria de sus miembros para diseñar las estrategias
eficaces que consigan concienciar a la mayoría para la participación cívica,
siempre en el horizonte de los DDHH y la Carta de la Tierra. Hay que
reflexionar para comprender qué obstáculos dificultan el poder conseguir que
esa mayoría llegue a rechazar sus creencias erróneas forjándose criterios
libres de manipulaciones sobre la realidad política, económica y social que
padecemos para que cada persona asuma su compromiso social.
Testimonios
de autores, algo olvidados, pueden orientarnos sobre este difícil proceso.
Insisten en que solemos afrontar los cambios con la racionalidad que nos viene
alumbrando desde los tiempos ilustrados, sin percatarnos de que el pensamiento
que condiciona toda la actividad humana está “orientado” en más del noventa por
ciento por nuestro sistema inconsciente. Éste, acosado por prejuicios, mitos,
dogmas y clichés, es sumamente vulnerable a la manipulación. Con mis dudas a
cuestas, los ejemplos que cito invitan a reflexionar sobre las manipulaciones y
los obstáculos, propios y ajenos, que bloquean las acciones de cambio. Claman
por la necesidad de organizar un plan de actuación colectiva que afronte la
complicada y perseverante tarea de hacer emerger la deseada conciencia social mayoritaria:
hacer realidad el D+1 que persigue el Frente Cívico.
Obstáculos frente al cambio

Josep
Fontana. Citando a Lakoff dice: Las
creencias cognitivas y del cerebro han mostrado que la mayor
parte de nuestro pensamiento ¾tanto como el 98 por ciento¾ es inconsciente… La mayoría de los políticos, sobre todo los de izquierdas, creen que la gente piensa siempre conscientemente y que “si se le da los hechos, la mayoría razonará las conclusiones correctas. Resulta contradictorio que estos políticos obvien, más o menos inconscientemente, que la gente deseche cualquier evidencia real que no esté conforme con las convicciones previas. Y lo desconcertante es que la propia izquierda combativa ignore algunos movimientos si se salen del campo visual de sus anteojeras.
parte de nuestro pensamiento ¾tanto como el 98 por ciento¾ es inconsciente… La mayoría de los políticos, sobre todo los de izquierdas, creen que la gente piensa siempre conscientemente y que “si se le da los hechos, la mayoría razonará las conclusiones correctas. Resulta contradictorio que estos políticos obvien, más o menos inconscientemente, que la gente deseche cualquier evidencia real que no esté conforme con las convicciones previas. Y lo desconcertante es que la propia izquierda combativa ignore algunos movimientos si se salen del campo visual de sus anteojeras.
Susan
George. Demos
un paso más: En la ficción del informe Lugano, con respecto a la manipulación
en interés del poder, se asegura que lo
importante es provocar reflejos, no una reflexión. En este sentido habla de constructores de creencias y cita a
Gramsci que elaboró, como veremos, el concepto de hegemonía cultural que garantiza la superioridad ideológica.
Trasladable también dramáticamente a la desigualdad de género.
El MEN (Modelo Económico/ideológico Neoliberal) ha
conseguido en los últimos 40 años, mediante una poderosa y eficaz propaganda,
que las masas asuman inconscientemente un código de creencias, mitos, dogmas y
principios que justifican cualquier actuación del poder. George explica el
sutil proceso que ha llevado al éxito al Tea
Party. El partido ultraconservador utiliza los acontecimientos del té en
Boston, sin tener en cuenta las circunstancias históricas, para que la gente
crea sin discusión que el Estado no puede obligar a pagar impuestos. Y se
convierte en una sólida creencia que el
Estado no es la solución [a cualquier crisis], sino el problema. Cuanto más repiten este tipo de mitos, más
personas están de acuerdo y más refuerzan esta convicción. La izquierda está en
desventaja porque le es esencial el juego limpio, que a veces se olvida.

Educación para la emancipación del pueblo

Nos ofrece estas líneas
pedagógicas: Demostrar a los niños que
mientras un hombre dependa de otro hombre se cometerán abusos y habrá tiranía y
esclavitud; estudiar las causas que mantienen la ignorancia popular; conocer el
origen de todas las prácticas rutinarias que dan vida al actual régimen
insolidario; fijar la reflexión de los alumnos sobre cuanto a la vista se nos
presenta, tal ha de ser el programa de las escuelas racionalistas… La Escuela Moderna pretende combatir cuantos
prejuicios dificulten la emancipación total del individuo [sin olvidar el
doble esfuerzo para la emancipación de la mujer, añadiría yo], y para ello adopta el racionalismo
humanitario, que consiste en inculcar a la infancia el afán de conocer el
origen de todas las injusticias sociales para que, con su conocimiento, puedan
luego combatirlas y oponerse a ellas. Hoy por hoy, reconocer el
drama que causa el machismo cultural está por cumplirse.
Paulo Freire. Se preguntaba sobre cómo cambiar la situación política y
social brasileña: ¿Dónde buscar las
condiciones de las cuales hubiese surgido una conciencia popular democrática,
permeable y crítica, sobre la
cual se hubiese podido fundar auténticamente el Estado democrático?… Para entender esta dificultad, responde con una cita de Zevedei Barbu: … necesitan una específica disposición mental (frame of mind), esto es, ciertas experiencias, actitudes, prejuicios y creencias compartidas por todos o al menos por una gran mayoría.
cual se hubiese podido fundar auténticamente el Estado democrático?… Para entender esta dificultad, responde con una cita de Zevedei Barbu: … necesitan una específica disposición mental (frame of mind), esto es, ciertas experiencias, actitudes, prejuicios y creencias compartidas por todos o al menos por una gran mayoría.
También señala: Defendemos el proceso revolucionario como
una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el
esfuerzo serio y profundo de concienciación… La pedagogía del oprimido [y de la oprimida en doble frente], como pedagogía
humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque
interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo
de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y,
el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía
deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de
permanente liberación.
¿Cómo se organiza el poder para imponer su dominio burlando
las ansias emancipadoras?


1.- Principio de
simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo;
Individualizar al adversario en un único enemigo y atacarlo con todas las armas
del poder.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
6.- Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Callar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
6.- Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Callar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Con estas estrategias, el
poder se blinda y justifica sus leyes. Así, hace creer que benefician al pueblo la Ley mordaza, la Ley
hipotecaria, la Reforma laboral, la Ley fiscal, la LOMCE, el rescate
financiero, los recortes, las privatizaciones… La mayor garantía para perpetuar
este despotismo radica en aplicar medidas represivas y el control de los
medios, del lenguaje y del sistema educativo. Este perverso sistema persigue
dificultar la detección de las injusticias sociales y mantener el poder. La
inducida y consentida ceguera ciudadana consolida una cultura hegemónica
contraria a los derechos humanos que el poder, cínicamente, dice defender.
Alienación del lenguaje; eufemismos manipuladores:
James Petras (Política del lenguaje):
Denuncia de forma rotunda: El lenguaje, los conceptos y los eufemismos son
armas importantes de la lucha
de clases «desde arriba», concebidos por periodistas y economistas capitalistas para maximizar la riqueza y el poder del capital. En la medida en que los críticos progresistas e izquierdistas adoptan estos eufemismos y su marco de referencia, sus críticas y las alternativas que proponen se ven limitadas por la retórica del capital. Poner «comillas» entre los eufemismos puede ser una señal de desaprobación, pero no sirve para promover un marco analítico distinto, necesario para el éxito de la lucha de clases «desde abajo». Y lo que es igual de importante, elude la necesidad de una ruptura fundamental con el sistema capitalista, incluido su lenguaje corrupto y sus conceptos engañosos. Entre los eufemismos más repetidos cita el término mercado.
de clases «desde arriba», concebidos por periodistas y economistas capitalistas para maximizar la riqueza y el poder del capital. En la medida en que los críticos progresistas e izquierdistas adoptan estos eufemismos y su marco de referencia, sus críticas y las alternativas que proponen se ven limitadas por la retórica del capital. Poner «comillas» entre los eufemismos puede ser una señal de desaprobación, pero no sirve para promover un marco analítico distinto, necesario para el éxito de la lucha de clases «desde abajo». Y lo que es igual de importante, elude la necesidad de una ruptura fundamental con el sistema capitalista, incluido su lenguaje corrupto y sus conceptos engañosos. Entre los eufemismos más repetidos cita el término mercado.
Al margen de mitologías
religiosas y de metonimias literarias, en la política y en la vida, las
palabras no deberían ser dogmas ni retóricas metáforas gongorinas, sino
referentes significativos de la realidad en una red sistémica que llamamos
lenguaje, un modelo que se procesa de manera colectiva y dinámica. La libertad
recrea el lenguaje redefiniendo el sentido de las palabras constantemente. Pero
también busca el consenso de los significados, un hecho imprescindible para
entendernos y comunicarnos huyendo de falseamientos. La alienación, en cambio,
dinamita la dimensión colectiva del lenguaje al trastocar las semánticas de
manera autoritaria. El poder neoliberal trastoca el lenguaje libre (sobran
ejemplos) para implantar un pensamiento único: se apropia de los significantes
lingüísticos en razón de sus intereses manipulando el significado convencional,
y, a su vez, se apropia del proceso de producción comunicacional, trasladando el
efecto alienante a la gente convertida en meros receptores-repetidores pasivos
que consolidan con su uso la eficacia de la manipulación oculta, falseando la
vida democrática y alimentando una escuela sumisa.
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El lenguaje, incluido el semiótico (sin olvidar que no es sólo léxico; es sobre
todo, diálogo, discurso, relato, informe…), se adquiere en el medio social, que
empieza en la casa; se limpia, fija y puede alcanzar esplendor y precisión en
el medio cultural, que se inicia en la escuela. En el lenguaje anidan las
verdades y las mentiras que condicionan nuestras vidas Es una tarea pendiente
la de desvelar la realidad oculta por el engaño y reivindicar la pureza de las
palabras, el derecho a mantenerlas vivas participando como emisores autónomos,
en igualdad de condiciones pero respetando la realidad heterogénea de los
individuos. Esto forma parte del proceso de emancipación colectiva (la
mujer en la doble circunstancia de marginalidad social y desigualdad de género) por medio de la reeducación, no conductista, basada en la
propia experiencia. Coincide con lo que opina Adorno en su obra Educar para
la emancipación, que dice: En esta
medida educación para la experiencia y educación para la emancipación son /…/
idénticas entre sí.
![]() |
Adorno |
¿Podemos cambiar la situación?
La enorme dificultad que
supone cambiar el actual sistema hegemónico del poder económico y político
neoliberal para conseguir la emancipación de las personas (incluida la
necesidad de la doble emancipación de la mujer, como venimos exigiendo), que debe ser tarea de las democracias, plantea la
necesidad de formarse para ahondar en la comprensión de la realidad y, así,
capacitarse para diseñar y aplicar estrategias educativas que fuercen los cambios
de las actitudes, con los usos transparentes del lenguaje para desvelar esa
realidad, con el análisis crítico para reinventar el propio sistema educativo
en todos los niveles y con la mayor influencia posible en los ámbitos
relacionados con los medios de comunicación. No se trata de asaltar los cielos, sino de cambiar la
escuela, el instituto, la universidad, la prensa, la radio, la televisión y las
redes sociales. ¿Se puede?
El citado Boaventura (Una nueva política emancipatoria) nos dice: La utopía del neoliberalismo es conservadora, porque lo que hay que
hacer para resolver todos los problemas es radicalizar el presente. Esa es la
teoría que está por detrás del neoliberalismo. O sea: hay hambre en el mundo,
hay desnutrición, hay desastre ecológico; la razón de todo esto es que el
mercado no ha logrado expandirse totalmente. Cuando lo haga, el problema estará
resuelto. Tenemos que cambiar esta utopía conservadora por una utopía crítica,
porque [sentencia] aún las utopías
críticas de la modernidad –como el socialismo centralizado– se convirtieron,
con el tiempo, en una utopía conservadora… Estamos en un contexto donde legalidad, derechos humanos, democracia
son realmente instrumentos hegemónicos, y por lo tanto no van a lograr por sí
mismos la emancipación social; su rol, por el contrario, es impedirla. Lo
central en nuestra cuestión es saber si los instrumentos hegemónicos pueden
tener un uso contra-hegemónico. ¿Cómo crear y hacer un uso contra-hegemónico de
la legalidad? ¿Cómo hacer un uso contra-hegemónico de los derechos humanos y de
la democracia?
En resumen, hay que conseguir que la mayoría sea
consciente de la necesidad de defender sus derechos (incluyendo los derechos de
la mujer) creando un contra-poder en todos los frentes, de los que el educativo
reformado debe ser irrenunciable, porque en él se forja el futuro.
![]() |
Emir Sader |
Masas que son portadoras inconscientes de la
aceptación resignada de una herencia histórica basada en la desigualdad social
causada por el poder dominante y en la desigualdad de género causada por el
dominio de la cultura machista. Si bien hay literatura abundante sobre el primer
aspecto, habría que preguntarse por qué no se analiza a fondo el segundo, su
persistencia memética, y actuar en consecuencia. Ineludiblemente por parte de
la izquierda, que históricamente ha dejado en el cajón del olvido la revolución
feminista, quizás por considerarla, erróneamente, un obstáculo para llevar a
cabo la revolución política. Cambiar el paradigma es difícil porque tiene
raíces biológicas transferidas al inconsciente colectivo. Es injusto y un grave
error sacar de la lucha por los derechos humanos la lucha por la igualdad de
género. La consecuencia más trágica es la violencia machista, que perdura por
el arropamiento de los allegados que, atrapados en la pulsión de dominio del
hombre, se resisten a aceptar la posibilidad del delito, sumiendo en el
sufrimiento a la víctima.
![]() |
Marta Harnecker |
![]() |
Rosa Luxemburgo |
Conclusión
De todo lo recopilado se
deduce que la compleja tarea de dinamizar ese proceso eficaz de transformación
(históricamente fracasada) social, política y económica, que debe protagonizar
el pueblo soberano, necesita acometerse con sabiduría, convencimiento y
determinación. Con más acción en la calle, más movilizaciones, sin dejar de
aspirar a ejercer un contrapoder, pero no olvidemos que son solo medios al
servicio de unos fines. Es ineludible penetrar en todos los ámbitos sociales.
Hay que tocar las teclas adecuadas para que suene la música emancipadora en la
familia, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en las instituciones:
se trata de activar esa “escuela política viva” para la defensa de los derechos
ciudadanos. Porque, entre tanto, el sistema capitalista, con su potente cultura
consumista, lanza, a los cimientos mismos de lo que debería ser una educación
para el pueblo, andanadas de contenidos favorables a los intereses
especulativos de las oligarquías mediante la implantación de la educación
financiera, ferias de emprendedores (ya desde Primaria), informes PISA con
evaluaciones imponiendo criterios de la OCDE... A lo que se suma la imposición
de doctrinas religiosas machistas y segregacionistas por género, dogmas creacionistas... etcétera. Sin olvidar el carácter
rutinario y convencional de los sucesivos sistemas educativos, pese al duro
trabajo de excepcionales docentes.
Quien conozca la situación
actual de la docencia podría responder a esta pregunta: Después de ver lo que
se nos viene encima, ¿qué se puede hacer con rigor, aprovechando la dinámica de
la marcha verde, en el ámbito de las comunidades educativas para impulsar el
proceso de cambio para que las nuevas generaciones recuperen los valores éticos
y los principios de libertad, igualdad y actitud crítica requeridos para que en
el futuro la mayoría consiga por sí y para sí la ansiada justicia social
y de género?
Si esta propuesta de
educación ciudadana inmediata, que quiere mirar también hacia las generaciones
futuras, fuera considerada una quimera; si las revoluciones terminan finalmente
rendidas ante el capitalismo, ¿qué hacer?; ¿Son suficientes los buenos análisis
políticos y económicos de la izquierda, para consumo interno, cargados a menudo
de indignada retórica? Aunque hay que
ser justos y reconocer que quienes se esfuerzan para cambiar la situación, con
los naturales errores humanos y culturales, que hay que corregir, suelen hacer
frente con tesón a los problemas en la más absoluta e ingrata soledad. A años
luz de la mayoría soñada.
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Lucien Febvre |
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