En un artículo anterior, hacíamos un extenso relato de la acción social que se estaba desarrollando en el abandonado colegio Rey Heredia. Se dio cuenta de la denuncia del alcalde ante el juzgado pidiendo el desalojo. Pues bien, el pasado martes, día 8 de abril, se hizo público el auto del juez que sentenciaba con la orden de desalojo del colegio en el plazo de un mes. Las lágrimas y la rabia contenida contagiaron a cuantas personas se habían ilusionado con este proyecto solidario.
Se venía comentando que ese espacio
abandonado desde hacía más de dos años iba a ser cedido a las cofradías para
que instalaran su museo, para exponer sus ricas piezas. ¡Exhibir sus riquezas
en un barrio pobre!
Frente a la hipocresía de algunas
autoridades, que alardean de ser profundamente religiosas, al tiempo que dan la
espalda a los pobres, en el Rey Heredia el que tiene hambre aporta su esfuerzo
y colaboración para ganarse el pan dignamente, bebe el que tiene sed, pese a
que el alcalde mandó cortar el agua, allí se acoge al que no tiene quien lo
escuche, se enseña al que quiere aprender... Allí se ha creado un espacio de
fraternidad. Por todo ello y a pesar de que allí confluyen personas de
diferentes convicciones y creencias, podemos asegurar que el lugar se ha
convertido en algo similar a un espacio evangélico. La respuesta ha sido el
desalojo.
Ahora allí ya no hay lágrimas. Allí
no hay odio. Allí no hay revancha. Allí no hay victimismo. Allí no ha ocurrido
ninguna tragedia. Allí ha tenido lugar algo grande. Durante medio año, personas
del pueblo han desarrollado un máster excepcional. Han obtenido el doctorado en
lo más noble a que pueden aspirar los seres humanos: Doctorado en solidaridad;
Doctorado en generosidad; Doctorado en fraternidad; Doctorado en compañerismo;
Doctorado en amistad; Doctorado en esfuerzo por recuperar la dignidad violada.
Todo esto no ha surgido de la nada.
Un grupo de hombres y mujeres que en su momento se pusieron al frente de este
empeño duro y difícil han conseguido con su esfuerzo y sus sacrificios
convertir lo imposible en un milagro del pueblo. Han demostrado que dentro de
cada persona hay un genio dormido. Que cuando se da con el resorte adecuado,
muchos genios despiertan al unísono para emprender la lucha más apasionante de
la especie humana: liberarse del poder injusto. Es el viento del pueblo que,
unido, todo lo puede y nada lo detiene. Es una gran hazaña que transforma el
espíritu vencido de los pueblos en la fiesta de la fe, de la esperanza, de la
amistad y de la alegría al sentirse dueños del propio destino.
Ese espíritu, nacido de la comunidad
fraternal del Rey Heredia no puede morir, no va a morir. Este doctorado
conseguido a golpes de dignidad obliga a que todos los miembros de esta
entusiasta y creciente familia se transformen en los nuevos apóstoles de la
Dignidad: la marca indeleble que debe presidir el espíritu del Rey Heredia. Esta
semilla tiene que dar el mil por uno. Hay que contagiar a los amigos y amigas,
a los vecinos y vecinas. Allí empezó algo increíble. Ahora hay que mantener
vivo ese esfuerzo. Las Acampadas Dignidad tienen que entrar en la memoria
colectiva de la historia de España por la puerta grande.
Es el momento de que renovadas ideas
iluminen el nuevo camino. Ya se han puesto en marcha para que nuevas
actividades den continuidad a lo que allí se inició, sea en el Rey Heredia o en
donde el futuro depare. Nos atrevemos a colaborar con varias sugerencias:
1. Se hace un llamamiento a poetas y
músicos para que compongan un canto que perpetúe la grandeza del acontecimiento
histórico de las Acampadas Dignidad, que desborde sentimientos y refuerce los
lazos fraternales.
2. Se debe iniciar una campaña dirigida
al barrio a través de Radio Dignidad, que despierte el genio dormido, se tome
conciencia de que muchos de los problemas personales son problemas sociales causados por
los políticos que gobiernan en beneficio de los ricos olvidando a los más
pobres. Hay que conseguir las mayorías para que el viento del pueblo sea
incontenible.
3. Que cada compañero y compañera
refuerce su compromiso desarrollando una especie de apostolado social
explicando al mayor número de personas posible lo ocurrido en el Centro Social
Rey Heredia, informando, convenciendo y entusiasmando para seguir haciendo
camino. Y que cuantos lo hayan entendido sepan difundirlo.
4. Que, de cara a los tiempos
electorales que se avecinan, se ayude a reflexionar sobre las consecuencias de
dar el voto a quienes llevan más de 30 años engañando al pueblo y viviendo a su
costa.

Puesto que el desalojo parece
irreversible, desde el Distrito Sur se acaba de pedir al Ayuntamiento la cesión
del edificio para uso social de la asociación. Veremos si se le deniega como en
otras ocasiones o esta vez se tienen en cuenta los derechos del pueblo.
Preciosa entrada que plasma a la perfección el espíritu de esfuerzo, trabajo, solidaridad, generosidad, amistad,... que imbuye la acción desarrollada en el centro social Rey Heredia, a la vez que evidencia la hipocresía de algunas autoridades.
ResponderEliminarAsimismo, alienta a proseguir lo allí iniciado con esa energía que la Acampada Dignidad desprende, e incita a todas aquellas personas que se sientan comprometidas en cambiar la injusta realidad actual, a ¡multiplicar! la semilla sembrada en el R. Heredia, pues, como bien dice -y yo me sumo a ello- las Acampadas Dignidad tienen que entrar en la historia por la puerta grande.
Ojalá que el Ayuntamiento ceda el inmueble al Consejo de Distrito Sur y no ponga condiciones que restrinjan la extraordinaria labor de la Acampada Dignidad. Lucharemos para conseguirlo; para recuperar la "dignidad" que nos quieren quitar.
¡Estupenda entrada! La Dignidad preside la actitud y la acción de todas estas personas que tanto tiempo y trabajo dedican a llevar a cabo esta labor. Los políticos y los poderosos deberían tomar nota y seguir su ejemplo, y lo que ya es indignante, deberían no desmantelar hipócritamente estas acampadas. ¡Más que nunca, creemos que juntos podemos, y, pacíficamente, lo vamos a conseguir!
ResponderEliminarComo siempre, magníficos vuestros comentarios. Lástima que la gente no conozca lo que nos estamos esforzando en mostrar. Allí hay autenticidad, frente a la hipocresía de los que deberían estar defendiendo los derechos de la ciudadanía. Lo peor es que esa mayoría que no sabe o no quiere saber lo que ocurre y, con su voto, perpetúan un sistema inhumano.
EliminarEn esta santa noche de Pascua también celebramos que Jesús de Nazaret, el Resucitado, està en carne y huesos en las personas del Rey Heredia y siempre os acompañará presidiendo el espíritu de este gran triunfo de la solidaridad. Aunque os echen a la calle, si lloráis que sea de alegría... ¡porque habéis ganado!
ResponderEliminarAgradezco tu certero y oportuno comentario que señala la encarnación humana del mensaje y la vida de un personaje histórico como Jesús. Del mismo modo recibo con agrado tu gesto de comprensión y solidaridad hacia aquellos que, a su modo, están difundiendo la Buena Nueva que no es otra que amar a los demás, sobre todo a los más necesitados. Estos son los que tienen derecho a ganar.
Eliminar