Aplazo el tema previsto porque nos
pide paso el 8 de marzo y considero prioritario dedicar todo el interés a un problema
que, en su vertiente más trágica, ya tratamos en una entrada el pasado mes de
noviembre.

En el mundo desarrollado se libra
la batalla cultural, social, legal, política y económica en unas condiciones de
privilegio en relación con la mujer del tercer mundo. Aún así, no se ha conseguido
la plena igualdad porque la resistencia al cambio viene determinada por una
persistente mentalidad que impone históricamente el dominio del hombre. El
mundo moderno, pese a las conquistas legales, sigue diseñado para perpetuar el
ancestral papel de la mujer hogareña como una sobrecarga de su actividad
profesional, que además de disponer de menos oportunidades está peor remunerada en comparación con el hombre.

Hay situaciones incomparablemente
más radicales en los estados teocráticos, en los que se ampara y se impone una cultura violenta en
la que la mujer es considerada como un ser inferior.
La lucha por la igualdad está
costando siglos de esfuerzo, sacrificio y muchas víctimas. Lo conseguido hasta ahora
no ha sido dado gratuitamente. Si los hombres no cambian su mentalidad y su
actitud, se tardará mucho más tiempo en que se haga realidad la igualdad
universal de los derechos de las mujeres, lo que supondrá alargar su injusto, penoso y
humillante estatus social.
El DÍA INTERNACIONAL DE LAS
MUJERES ha de entenderse como un aldabonazo que obligue a los hombres de todo
el mundo durante todo el año y para siempre a reorganizar las sociedades, empezando por la
familia propia, en función del inalienable derecho a la igualdad de géneros. La mujer, cuando no se sienta capaz de liberarse, ha de ser apoyada para superar su estado alienante de sumisión que la inclina a justificar su condición de inferior. La
infancia debe educarse en el principio de igualdad para que cambien las actitudes en el futuro.
¡Ánimo, mujeres!, que muchos hombres estamos en el empeño de que el cambio sea real. Vuestra capacidad para gobernar el mundo con más sentido común que lo han venido haciendo los hombres bien puede ilustrarse con el ejemplo de lo que han conseguido las mujeres en la actual Islandia (hacer clic).
¡Ánimo, mujeres!, que muchos hombres estamos en el empeño de que el cambio sea real. Vuestra capacidad para gobernar el mundo con más sentido común que lo han venido haciendo los hombres bien puede ilustrarse con el ejemplo de lo que han conseguido las mujeres en la actual Islandia (hacer clic).
Si se quiere tener una visión
histórica del tema hacer clic en DIM
¡Preciosa entrada!
ResponderEliminarLa lucha por la igualdad entre hombres y mujeres es en este tiempo, más que nunca, muy necesaria.
Busquemos entre todos y todas la forma de que la justicia más elemental, que es la de tener los mismos derechos, se lleve a cabo aquí y en todos los lugares del mundo.
Hoy es el día de la mujer, decir mujer lleva consigo, siempre, ser trabajadora, aunque, por desgracia, no siempre reconocida ni remunerada.
¡Mucho ánimo a todos y a todas para conseguir la igualdad!
Estupenda esta entrada sobre el D. I. de la Mujer
ResponderEliminarAunque vivimos en una sociedad donde la mujer ha conseguido ciertos derechos, desgraciadamente, lo logrado es una mínima parte de lo que, por justicia, se le debe.
Queda, por tanto, mucho por hacer aún, siendo totalmente necesario un cambio de mentalidad en determinados sectores de la ciudadanía y las instituciones –hombres, mujeres, religiosos, políticos, académicos…- que siguen considerando a la mujer como un ser menor de edad o, en todo caso, no equiparable al hombre.
En este sentido, el diccionario de la R.A.E. muestra ejemplos muy curiosos. Diré solo uno. Juez: persona que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar./ Jueza: mujer que “desempeña el cargo de juez”.//Mujer del juez. ¿No debería definirse: persona que tiene autoridad y potestad…?
Para llegar a este cambio es imprescindible comenzar por la educación de la infancia. Si niños y niñas se educan considerándose PERSONAS IGUALES, ¡venceremos la discriminación! Y esto es válido para todas las sociedades, incluso las más discriminatorias.
P.de C. y Alondra:
ResponderEliminarOs agradezco vuestros comentarios que dan en el clavo en un asunto tan penoso y tan lento de resolver. Pero desde luego será el tesón y el esfuerzo de muchos el que consiga poneros en el nivel de igualdad que como personas os debe la sociedad, superando tanta palabrería y demagogia con la que suele abordarse el problema desde la responsabilidad política, pero también desde el día a día en el hogar, en el trabajo y en todas las relaciones sociales.El mensaje machista que perpetúa las actitudes de dominio suele ser tan sutil que solo con una mente alerta, firme y comprometida se puede eliminar.