16 feb 2012

Los patios de Córdoba (y 2)


En Córdoba, el patio popular  ha sido producto de un proceso de adaptación al clima, al espacio y a los medios materiales. La acumulación de la experiencia vivida por los vecinos a lo largo del tiempo permitió, con escasos recursos, crear y  disfrutar de la belleza de un espacio de naturaleza interior que modera el clima de Córdoba y lo transforma en fecundo aliado. No ha podido dar mejores resultados esta forma popular de arquitectura integral que ha permitido convertir la falta de intimidad, salvando las naturales desavenencias, en una gozosa vida en comunidad a pesar de las adversidades.

Patio calle Pastora, 2 en Navidad
La situación actual de los patios ya no responde a esos patrones. Ha cambiado, no tanto en la forma como en la función. Como es característico de lo posmoderno, el tiempo ha hecho evolucionar las costumbres, las racionaliza, saca de contexto lo tradicional, lo transforma en moda y, aunque con mentalidad y vivencias distintas, es probable que siga teniendo éxito en el futuro. Así es como el valor ecológico del patio cordobés cobra actualidad y presencia en algunas propuestas de la nueva arquitectura.

Patio calle San Basilio, 17
Por otro lado, ¿qué hacer con la fiesta de los patios? Está claro que esto es un elemento cultural externo sobrevenido que, aunque suponga un estímulo y una oportunidad para lucirlos con orgullo –como se hiciera antaño con los vecinos– en la actualidad tiene más componentes económicos y de prestigio para la ciudad –siempre a tener en cuenta– que de cultura popular. Si se quiere patios-espectáculo, eso es otro asunto. Pero, no nos engañemos, el tiempo ha pasado y la maravilla que allí vemos, aunque es un placer para los sentidos y un gozo para los que lo habitan, no es el mismo patio cordobés: la esencia del patio genuino no se puede resucitar; le falta el intangible espíritu emergente de una vida en común forjada con penas y alegrías en un humilde espacio mágico.

Las reliquias que quedan, y que todavía muestran un reflejo de lo que fueron, hablan de un capítulo de nuestra historia popular. Si se quieren mantener, hay que financiarlas debidamente. Si no se hace, la exhibición de los mismos queda en las manos ancianas de las últimas personas que vivieron el ocaso de esa tradición de siglos o de los actuales vecinos enamorados de estos recintos, antaño casi sagrados, de su esfuerzo y de su generosidad.

Asociación Patios cordobeses
A. Amigos de los Patios
Hoy, las asociaciones –tanto la de los propietarios como la de los amigos de los patios– luchan de un modo ejemplar para mantener esta tradición, única en el mundo. Deseamos que lo logren y les agradecemos que abran amablemente sus puertas para permitirnos gozar unos momentos del espíritu que inunda sus rincones de arte y naturaleza. Me gustaría que la visita a cada patio –si por fin son reconocidos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad– no se convirtiera en una afluencia tumultuosa de público, sino que cada visitante, al acceder a ese espacio privado de traza sencilla, alcance a valorar, disfrutar y respetar con solemnidad lo que de repente se le transforma en un santuario cromático, de aromas y sosiego, fruto del entusiasmo laborioso de unas personas entrañables.

Nunca podrá captar un vídeo la magia de un patio cordobés. Este que ofrezco es uno de los muchos que se publican. Espero haber acertado con la elección.




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5 comentarios:

  1. Si claro, mi pregunta fué un reto, me parece bien lo que escribes, cada uno ve los patios desde su perpectiva y desde su lógica encontrada, me gusta que haya personas que tengan tiempo para hacer esto, mealegro de veras, el video es bonito , me he copiado la Url para enviarlo a gente amiga.Gracias,Blanca

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  2. Te agradezco tu comentario y espero disfrutar este mayo de vuestros tesoros.

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  3. Hola, Pepe:
    Me gusta mucho esta nueva entrada. Cierto que los patios han cambiado su función y que nos hablan de un capítulo de nuestra historia popular y por eso tienen que mantenerse vivos y esperemos que con el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad porque cuando se entra en un patio y se deja uno envolver por el colorido, el aroma y la magia del entorno, se siente algo especial e inexplicable, como si algo de la vida que, entre sus paredes, encierra.
    Y aunque las viviendas que lo rodean son muy distintas a las de antaño, sus vecinos vecinos están muy unidos por ese lazo común.
    Cuando hablas con ellos, te cuentan amable y orgullosamente -aunque el recinto esté repleto de visitantes- acerca de sus plantas y del esfuerzo que supone -de trabajo y económico- el mantenerlas. Pero lo hacen con sencillez porque, como tú dices, son personas entrañables.

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  4. ¡Qué bonita esta nueva entrada, continuación y colofón de la anterior! Un marco precioso para nuestros patios.
    Me gusta esa visión solidaria y también actual de esos maravillosos rincones de nuestra Córdoba que son los patios. Desde el presente, las instituciones y también los particulares, podemos y debemos unirnos a esas personas que tanto luchan desde dentro por vivir en ellos y por defender los patios. Mucho ánimo, porque ¡juntos podemos!

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  5. Alondra y P. de C: Muestro mi gratitud porque sois excelentes animadoras de este blog; tan fieles seguidoras, tan comprensivas, tan ingeniosas y tan generadoras de entusiasmo por todo lo cordobés.

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