19 sept 2017

PÍCAROS Y CORRUPTOS

  Es habitual decir que España es un país de pícaros. Pocas veces hemos oído decir lo que es más grave: España es un país de corruptos. Siendo esto verdad en parte, hay que considerar que la corrupción de muchos políticos lleva a la gente a generalizar concluyendo que todos los políticos son corruptos para, de paso, sentenciar que eso es la política. Estos razonamientos llevan a la ciudadanía a desentenderse de la política con lo que la soberanía del pueblo desaparece en su totalidad dejando a los poderosos tejer impunemente sus redes y mafias para mantener sus intereses y privilegios. Eso perpetúa por los siglos una historia de España que no acaba de entender que la democracia no es solo votar cada cuatro años, sino comprender cuales son las causas de la opresión y la miseria que padecen la mayoría de las personas del país y participar colectivamente en cambiar la situación reclamando sus derechos.
  En la viñeta se pone de manifiesto que, casi como ocurre hoy, en el siglo XVII había dos Españas: una que no solo lo posee casi todo, sino que legisla a su favor para mantener su poder económico y político permitiéndose burlar las leyes y corromper a los jueces para su beneficio; y otra que vive como puede, sufriendo calamidades. En aquellos siglos esa España sometida apenas tenía conciencia de su condición de vasallos. ¿Hoy los ciudadanos de nuestro país, supuestamente democrático, ¿tiene conciencia de que nos estamos dejando gobernar casi como si fuéramos vasallos?


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